La Junkers A50 Junior cosechó un gran éxito entre pilotos y aficionados a la aviación. Gracias al encanto visual de los años 30, el avión, en combinación con su moderna tecnología, se consideraba casi perfecto. Sin embargo, queríamos atrevernos a lo imposible y optimizar aún más este vivo pedazo de historia de la aviación. Y lo imposible lo hemos conseguido.
Quien haya volado alguna vez en una Junkers habrá sentido esa sensación única de libertad. Pero hay un pequeño inconveniente: la posición de los asientos en tándem dificulta compartir estos intensos momentos emocionales con alguien. Con la Junkers A60, nos mantenemos fieles a las líneas clásicas, pero colocamos ambos asientos uno al lado del otro. No importa si junto al piloto se sienta un copiloto o simplemente un acompañante, ahora se puede experimentar juntos la indomable alegría de volar, sin renunciar a la sensación clásica de Junkers.
Además, hemos ideado otras sofisticaciones técnicas. El tren de aterrizaje retráctil y la rueda de morro optimizan las características aerodinámicas en el aire para un comportamiento de vuelo aún mejor. Para que el mal tiempo no empañe la experiencia, la Junkers A60 también puede volar opcionalmente con la cabina cerrada o abierta, como un descapotable.